Relajación.
Cierra los ojos.
Acabas de salir del colegio. Hace una preciosa mañana de primavera. La temperatura es perfecta. El sol brilla directamente en tus ojos pero no es molesto, sólo notas el calorcito, entrecierras los párpados y caminas despacio, sonriendo, mientras suena suave tu canción, recorriendo con tranquilidad las calles conocidas y seguras.
Delante tuyo camina una persona, va por tu mismo camino, sólo unos metros por delante.
Algo en su figura, en su forma de caminar te resulta familiar. Esa persona es un poco más alta y su pelo un poco distinto y por eso tardas unos segundos en darte cuenta de que eres tú. Tú dentro de unos pocos años.
Enseguida te das cuenta de que las decisiones que tomas hacen que cambie esa figura: decides que vas a pensar más en los demás y notas cómo su paso se hace más relajado. Está más feliz. Decides que vas a tratar de tomarte las cosas que te pasan con más calma y reflexión y controlar los impulsos repentinos y enseguida notas, por el leve movimiento de sus orejas que está sonriendo. Sabe ocuparse de lo que le pasa en lugar de preocuparse por ello. Decides que vas a esforzarte más en mejorar, en hacer las cosas bien, en dar tu 100 % en lugar de conformarte y ves como su espalda se envara y sus hombros se echan un poco hacia atrás. Camina con la cabeza más alta. Siente orgullo.
Te das cuenta de eso y te sientes genial porque sientes el enorme poder que tienes. Tal vez no puedas cambiar lo que te pasa pero si puedes cambiar cómo lo afrontas y ese control te da seguridad... Y es maravilloso. Sientes confianza. Sientes las ganas y la oportunidad de convertirte en quien quieres ser.
Abre los ojos.
Acabas de salir del colegio. Hace una preciosa mañana de primavera. La temperatura es perfecta. El sol brilla directamente en tus ojos pero no es molesto, sólo notas el calorcito, entrecierras los párpados y caminas despacio, sonriendo, mientras suena suave tu canción, recorriendo con tranquilidad las calles conocidas y seguras.
Delante tuyo camina una persona, va por tu mismo camino, sólo unos metros por delante.
Algo en su figura, en su forma de caminar te resulta familiar. Esa persona es un poco más alta y su pelo un poco distinto y por eso tardas unos segundos en darte cuenta de que eres tú. Tú dentro de unos pocos años.
Enseguida te das cuenta de que las decisiones que tomas hacen que cambie esa figura: decides que vas a pensar más en los demás y notas cómo su paso se hace más relajado. Está más feliz. Decides que vas a tratar de tomarte las cosas que te pasan con más calma y reflexión y controlar los impulsos repentinos y enseguida notas, por el leve movimiento de sus orejas que está sonriendo. Sabe ocuparse de lo que le pasa en lugar de preocuparse por ello. Decides que vas a esforzarte más en mejorar, en hacer las cosas bien, en dar tu 100 % en lugar de conformarte y ves como su espalda se envara y sus hombros se echan un poco hacia atrás. Camina con la cabeza más alta. Siente orgullo.
Te das cuenta de eso y te sientes genial porque sientes el enorme poder que tienes. Tal vez no puedas cambiar lo que te pasa pero si puedes cambiar cómo lo afrontas y ese control te da seguridad... Y es maravilloso. Sientes confianza. Sientes las ganas y la oportunidad de convertirte en quien quieres ser.
Abre los ojos.
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